Esta silenciosa vida de las sombras, estas oscuras ansias de lo oculto, esta certeza de ser yo la noche, es lo que secreta y profundamente me impulsa a ese misterio que algunos llaman abismo. El día, su luz, su raciocinio, y su gente puntual; no son más que el crédito que uso y pago en termino para estas horas extremas en las que soy de verdad: soy la noche, soy los ojos oscuros que se pierden, soy las manos que escalan una pubertad virginal. Soy la noche, soy los ojos oscuros que se pierden… pero pronto el gallo canta y la hacendosa mujer prepara los parpados, pone la pava, y el mate amargo espera en la mesa. No habrá forma de detenerlo, el nudo ya esta en la corbata, la camisa sobre el cuerpo, la cara en el espejo.
2 comentarios:
Hola Rodrigo
Tu blog me ha dejado encantada!
En verdad tienes un talento para la escritura.
Seguiré por acá y te visitare de cuando en cuando.
Un abrazo!!!
Creo que me lei mas de la mitad de tu blog,hay tantas palabras que calzan de forma perfecta a mi cintura a mi estacion...
Abrazos
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