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3/2/08


LA PERSEGUIDORA

La poesía me acecha, me amenaza, conspira contra mí. Desde las terrazas del mundo sus francotiradores me tienen en la mira de sus palabras hermosas. No me intimida, no le tengo miedo como tantos otros. Salgo a la vida y grito un poema. Pero sé que ella espera el momento, sé que al contemplar un milagro o desprender un botón puedo morir de un verso en la boca.

2 comentarios:

dijo...

buenísimo!!!
realmente, siento lo mismo
un abrazo

Luardid dijo...

Qué bonito "morir de un verso en la boca" y la foto... tener la luna tan cerca.