Buscar este blog

18/9/11



Los fantasmas son así. Dicen que son así. Dicen que están siempre al acecho. Yo creo que es verdad. O por lo menos creo que mis fantasmas son así; quiero decir, que están siempre al acecho.
Y creo que es así porque, en mi caso, no hizo falta mucho tiempo para que despojado de tu protección aparecieran. Bueno, no, aparecer no es la palabra correcta, porque ello implicaría que en algún momento no hayan estado allí.
Pero siempre estuvieron, solo que antes, cuando vos me cuidabas, no se manifestaban. ¿Y qué cosa es un fantasma que no se manifiesta? No lo sé. Lo que si sé es que ahora, además de estar al acecho, como dicen algunos que están siempre los fantasmas, pasaron a lo que sigue; pasaron a la acción. Salieron de sus escondites, empezaron a hablar, intentaron convencerme de algo, y no faltó mucho para que tirara por la ventana, o por la borda, o por donde quiera que sea que se tiran las cosas que uno sueña y que un día desaparecen…
Porque otra vez estaba solo y veía mis fantasmas, y ya no se conformaban con estar ahí y asustar, sino que ahora hablaban, me hablaban a mí, me hablaban del pasado, de todo lo que hice mal, de todo lo que perdí, de todo lo que iba a perder si no los escuchaba y tiraba por la ventana, o por la borda, o por donde quiera que sea que se tiran las cosas que uno sueña… y miré por la ventana (hubiera mirado por la borda si hubiera estado en un barco), y miré a los fantasmas que seguían y seguían hablando, intentando convencerme de algo, y les pregunté: ¿Qué es lo que quieren? Y dejaron de hablar, y sonrieron, y yo me fui a hacer un Nescafé que ni pensaba batir.


Foto: Vincent Manalo

2 comentarios:

Emmanuel dijo...

MUY BUENO RECIEN EMPIEZO A SEGUIR TU BLOG ,PASATE POR EL MIO ABRAZO!

Anónimo dijo...

:)