Pierde el turno; está usted enamorado.

Qué busco
Qué quiero tocar
Qué es esta manera absurda de ser
Esta incomprensión
Del tablero y de sus reglas
Esta agonía de los dados
Que me rehúso a aceptar.

Cómo puede ser
Que provoque tanta angustia
Que se rompa una taza
Que se pierda un tesoro
De qué me abrigo
A qué le temo
Con qué sueño
Si a mitad del sueño
Inútilmente prendo la luz
Para comprender
Que respirar es otra cosa
Que caminar no ayuda
A calmar la incertidumbre
Que rezar es solo un acto de fe
Y el llanto no vendrá a consolarme.

Si solo hay agua en la heladera
Si la ventana me enseña el mundo
Sus lucecitas prendidas en la noche
Si es obvio que el mundo existe
Que seguirá su incomprensible curso
Que todo es un milagro
Entonces puedo suspirar aliviado
Porque no estoy loco.

Voy a abrir las manos
Voy a soltar los dados
Voy a aceptar el casillero
Otra vez seré parte del juego
Y cuando me resigne al número
Y salte a mi destino
Voy a apagar la luz
Y voy a olvidar una vez más
Para dormir en paz
Lo que busco
Lo que quiero tocar.

Foto: Quint Buchholz