MAGIA SOBRA

–Odio esa mierda que escribiste en tu Blog.
–Mmm... ¿Cual de todas?
–Esa del desabastecimiento.
–Bueno, si te provoca un sentimiento, sea cual sea, ya es algo. ¿Pero por qué la odias?
–Me gustaba el aire de cuadro de Mary Poppins que había en tu Blog. Ahora hay una ventana mugrosa llena de smog.
–A ver... explayate.
–Aire de Mari Poppins lleno de smog. Hice muchas cosas hoy, tengo mucho sueño. Que cierres el ojo y duermas bien. Chau.
–Por eso te quiero tanto. Sos la personita más especial que conocí en mi vida.
–No me molestes.
–No cambies nunca.
–Si voy a cambiar.
–¿Queres que te busque y nos caguemos a piñas?
–No hables así que llenas todo de smog.
–Mmm… defini smog.
–Lo contrario a mancha de pasto.
–¿Pero sabes qué? Si me dolió que digas (justo vos) que lo que escribo es mierda.
–Me enoja que abras las puertas de tu blog mágico para que entre lo horrible. Pero perdón a veces me olvido que sos una persona normal y no un duende mágico.
–Para tu información los duendes mágicos también tenemos sentimientos y nos gusta tomar vino de las clavículas de mujeres hermosas. A veces también escrimos poemas llenos de smog o leemos EL LIBRO DE LOS ABRAZOS:

EL MUNDO

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galenao. El Libro de los abrazos.